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Augusto Cury

¿Quién podría imaginar que Jesús enseñaba a los hombres a ser felices? Para Jesús, ser feliz no consistía en estar alegre siempre, pero sí reinventarse en el dolor; no era mantenerse inmune ante las frustraciones, sino gestionar sus pensamientos; no era evitar crisis, sino escribir los capítulos más importantes de la vida en los momentos más difíciles de su historia. La gran mayoría de la gente ha fallado en encontrar la felicidad. Los ricos han querido comprarla con su dinero, las celebridades intentaron seducirla con su fama, los militares quisieron dominarla con sus armas, pero ella les gritó: "No estoy a la venta, me interesan las cosas simples y anónimas y soy indomable." Marco Polo poco a poco descubrirá que él mismo, las ciencias y las religiones, se equivocaron dramáticamente al no haber estudiado a Jesús en términos científicos.

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