Elemental, Watson!

Akutagawa - Andréiev - Apollinaire - Bierce - Chéjov - Chesterton - Conan Doyle - De Alarcón y Ariza - London - O. Henry - Poe - Stevenson El relato policial clásico es un monumento literario al poder de la razón lógica, capaz de explicar lo aparentemente inexplicable, demostrando que nada puede detentar ya su condición de pertenencia a lo asombroso o lo fantástico, territorios de la anterior imagen del mundo que poseía la humanidad. Desde que Edgar Allan Poe forjara su inmortal C. Auguste Dupin, revelador final del origen de los crímenes de la calle Morgue y del paradero de la carta robada, la resolución de los enigmas planteados por la literatura procederá de medios lógicos y comprobadamente verosímiles. Sherlock Holmes, Philip Marlowe, el Padre Brown y tantos otros personajes dan lugar, así, a una literatura donde el lector acompaña los pasos con los cuales intentan desenmarañar la intrincada red de pistas que llevan hasta un asesino. Esta selección contiene varios de los relatos que ayudaron a forjar esa confianza contemporánea en la razón, desde la misteriosa mujer alta de Alarcón, un antecedente latino para un género que habitualmente se supone mayoritariamente anglosajón, hasta relatos protopoliciales de la pluma de figuras tan prestigiosas como Antón Chéjov o Leonid Andréiev, pasando por clásicos del género en su etapa más consolidada, tales como Edgar Allan Poe o sir Arthur Conan Doyle. Porque, desde que estos autores escribieron sus relatos, el mundo y la sociedad nos demostraron una y otra vez que siguen siendo tan riesgosos como siempre lo fueron; pero si estos cuentos nos devuelven unas horas de estremecimiento, lejos de los peligros tangibles que nos esperan al alzar los ojos de las páginas, algo singularmente bueno habrán hecho por nosotros.